Me volví caminando otra vez con Jesús hablando sobre
nuestros países, y ni bien llegué me fui a dormir porque estaba cansadísima por
haber salido ayer, y estaba… no diría enojada, pero sí decepcionada por el
boludo éste. ¿Qué carajo me pasa? Yo no soy así, el aire africano me está
afectando seriamente. Debe ser que estoy podrida de que me pase siempre la
misma mierda; la próxima vez que me esté por chapar a alguien que conozco lo
voy a pensar bastante para no comerme otro garrón. Antes de dormirme
completamente, pude escuchar que llegó otra estudiante a la casa. Lo único que
sé es que es de Ecuador (claramente son una plaga) y que tiene treinta y pico,
así que va a ser la misma historia que con Cristina.
10.2.13
Día siete
Ayer quedamos en juntarnos en la casa de Luis, uno de los
ecuatorianos con los que salí, así que Jesús me pasó a buscar y nos fuimos
caminando. Llegamos en unos veinte minutos, y sólo había llegado Manuel, otro
de los ecuatorianos. Tres hombres y yo, mala idea. Me empezaron a preguntar
sobre este chico con el que estuve, y Luis me cargaba, así que yo salía a la
defensiva preguntándole qué onda con la chilena con la que él estuvo; pero en
realidad no tenía ni una excusa que inventar, verdaderamente tenía ganas de
estar con él. Después de un rato llegaron los demás: Carolina, y los dos
ecuatorianos con los que estuve. Sé que es estúpido que no diga los nombres
porque probablemente las únicas personas que lean esto les habré contado
absolutamente todo (o espero que sean las únicas), pero no sé, me da cosa. En
fin, la juntada fue una verdadera verga; los ecuatorianos se la pasaron
hablando sobre cosas que en mi vida voy a entender, y el idiota con el que
estuve ayer no me dio ni la hora. Si hay algo que odio con alma y corazón en
este mundo es que los flacos se corten después de chapar. Y más cuando de
verdad te importa esa persona, ya sea como persona, como amigo, como lo que sea.
Este chabón me cae re bien, me hace cagar de risa y lo re quiero, entonces si
me va a dejar de hablar prefiero que ni estemos juntos, prefiero hablar y
cagarme de risa con él a simplemente intercambiar saliva como dos idiotas,
porque sinceramente eso es lo que realmente es. En la welcome pasada le conté
mi ‘historia’ con un flaco del colegio con el que me pasó esto (debe ser la
vigésima vez que la cuento estando en pedo) como para avisarle que no quiero
que me pase lo mismo con él, no sé, pero parece que no se entendió. Igualmente
el viernes hablamos re normal, y el sábado antes de chapármelo también, así que
no sé qué bicho le habrá picado hoy, pero espero que sea temporalmente.
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