7.2.13

Día cuatro

Esa mañana me dormía en frente de la computadora del iLab. Es la única clase donde usamos computadoras para hacer las actividades en MyEF, una página web. A pesar del sueño y de querer dormir una semana seguida, esa noche pensaba salir otra vez, no me podía perder la Welcome Party que se hace una vez por semana, porque era MI Welcome y porque sólo voy a poder ir a cuatro en total. Unos amigos me contaron sobre la anterior, que fue de espuma, y dicen que se descontrolaron todos, que el grupo de rusas (como son de la frontera con China parecen más chinas que la mierda) alocó y se chaparon a medio boliche. Mi room mate también me dijo lo mismo, y le agregó que entre los alumnos se suele decir que las siglas EF, además de ser Education First, es Easy Fucks; bien, tranca.
A la tarde fuimos a lo del mexicano que vive en frente de mi casa en una zarpada mansión con pileta; éramos Gigi, (la colombiana), cuatro ecuatorianos, el mexicano, y yo; me da paja decir los nombres. Me gusta juntarme con latinos, es como un respiro para parar de hablar inglés, y nos reímos de nuestros acentos. Es increíble lo diferente que hablan a mí, a pesar de estar hablando el mismo idioma, a veces no entiendo lo que dicen y tengo que preguntarles qué carajo significa tal palabra, es muy gracioso.
Me volví a casa con Gigi a las seis de la tarde para estar preparada para la fiesta. Sí, es un bajón prepararse tan temprano, pero entrábamos gratis hasta las diez y media con nuestro ID card de EF, así que a eso de las diez ya estábamos en el taxi yendo para el boliche (o disco, como le dicen en Ecuador; patético). Un rato antes,entraron a nuestro cuarto Madjit y Jerry con su guitarra en la mano, porque ayer les prometí que tocaría un tema, y sorprendentemente lo hice, a pesar de mi pánico al público. Toqué Blackbird y canté De música lijera, lo cual me hizo extrañar mi casa, mi guitarra y mis cosas, pero me sentí feliz al mismo tiempo ya que pensé que iba a estar lejos de tocar una cuerda en un mes entero.
Volviendo al tema anterior: FUE LO MEJOR ESA FIESTA. Nos pusimos del orto muy rápido; era un shot atrás de otro, me caían botellas y vasos de la nada, bailamos esa música pedorra que ponen en los boliches donde no existe el reggaetón ni la cumbia, yo hablé con todo el mundo en distintos idiomas (las frases que pude), y la pasamos bárbaro.
También pasó algo raro: estuve con dos ecuatorianos de mi grupo de amigos. La parte rara es que creo que los dos están bastante enganchados conmigo, y uno como que se enojó con el otro por todo esto; y yo no sé ni qué mierda pensar, porque nunca me había pasado algo así, y porque no supuse que por estar con estos dos flacos en una noche pasaría “algo”. Carolina, la ecuatoriana, después me explicó que en su país es muy distinto, que una no sale y se come a cinco flacos por noche porque te ven como a una puta o “grilla”, como dicen ellos. Igual me dijo que ni me haga problema, que no me tienen como una puta, pero que si te chapás a un flaco que más o menos conocés, y después se siguen viendo y hablando, lo más probable es que haya algo en el medio. Súper ultra archi mega raro. No me imaginaba que podrían pensar así, ni me lo cuestioné en realidad, porque no pensaba estar con nadie. Pero como siempre, la cagué y ahora me tengo que hacer cargo, viva yo…

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