26.1.13

Let the games begin

Estoy tumbando objetivos a lo loco, como que todo se va concretando. Terminé En llamas, parece que todos los personajes se complotan para hacerte sufrir como la concha de la lora, y es lo mejor; no puedo esperar a leer y terminar el tercero, pero me voy a obligar a empezarlo mañana.
Ayer pasé un nivel en el Candy Crush, un jueguito de face y mi nueva adicción, que hacía semanas que no pasaba, y fue tal mi felicidad que pegué el grito de mi vida, y se puede decir que me alegró el día.
Me estoy juntando con distintos y variados grupos de amigas: el martes con Pau, el miércoles con Juli y Eli, hoy con otro grupo de la división, y mañana con las de live. Me di cuenta de que todos los amigos que en algún momento de mi vida fueron mi mejor compañía, ahora pasaron a ser totalmente 'secundarios'; la poca relación que nos mantiene es apenas unas conversaciones pedorras por chat. No me gusta para nada, y no sólo fue con amigos varones, con mis mejores amigas del Centenario durante más de seis años me pasó lo mismo; generalmente porque flasho rechazo por parte de la otra persona, cuando nada que ver, ya me lo han confirmado. Hasta me pasó con gente aun más cercana, gente que hasta el día de hoy pienso que ni se cuestiona o ni le interesa nuestra amistad. Gente con la que comparto cosas desde que nací, pero que siento que desconozco desde hace ya varios años.
No me voy a poner a armar un monólogo filosofando sobre la vida porque en este momento no puedo ni ponerme a pensar en cómo me llamo del sueño que tengo. Otro día será.

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