Y todo termina tan mal siempre... Lo peor de todo es ver la confianza que tiene la mayoría de mis amigas con sus madres, y saber que nunca podría ser igual en mi caso. ¿Será que yo soy el problema? Ya de entrada no confío en casi nadie, pero mi vieja es la última persona en el planeta a la que le confiaría mis cosas; antes le hablo a un desconocido. Así que claramente es su culpa.
Un día lindo en la facultad después de varias semanas, que parecieron siglos. Jamás pensé que sería tan denso el lugar que alguna vez puse allá arriba en un podio, lo cual me recuerda que las expectativas son un culo, y deberían ser evitadas a toda costa. Pero yo soy tan hija de puta que le meto expectativas a todo lo que se me cruza.
Empecé a ir en bicicleta a la facultad porque se vienen los días lindos, y es lo mejor; son aproximadamente unos 11,3 kilómetros sólo de ida. Últimamente, lo único que me hace bien es la actividad física, lo cual es un poco triste, pero no puedo permitirme perder eso -tampoco pienso hacerlo-. Ya no es cuestión de "intentar hacer", sino que es algo a lo que me habitué de a poco, algo que realmente tengo ganas de hacer. Sólo queda meterle la misma onda al ambiente facultativo y dejar de enroscarme tanto en las boludeces que dice la gente.
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