28.1.13

Real

Por si alguna casualidad de la vida alguien que quiere leer la saga de Los Juegos del Hambre y todavía no la  empezó o terminó, y entra a este blog no debería leer esta entrada. Chau, andá y lee algún libro.
Terminé Sinsajo... No sé si siento ese vacío existencial que sentí cuando terminé de leer Harry Potter o (en su lejano momento) Crepúsculo. Tal vez porque HP eran siete libros que, a pesar de que los terminé en menos de un mes, no se comparan con los tres de Los Juegos del Hambre; o porque cuando leí Crepúsculo me enamoré tanto de Edward que no podía soportar que se quedara con la inepta pelotuda de Bella; no lo sé.
Me enamoré completamente de Peeta, desde la primera vez que apareció, y no dejé de amarlo hasta la última página, ni siquiera cuando el Capitolio lo transforma. Mi mayor miedo en toda la saga fue que muriera, y ya casi al final de Sinsajo no quería seguir leyendo justamente por eso; pensé que alguno de los personajes principales tenía que morir, y cuando digo personajes principales sólo me centro en Katniss, Gale y Peeta, pero la verdad es que la escritora me tomó desprevenida en el momento que muere Prim; siempre tuve en cuenta la muerte de ese personaje, pero fue de una manera tan imprevista que no me dio tiempo ni para llorar. Fue uno de los personajes que más me llegó, con Rue, Cinna, Finnick, el papá de Katniss, los avox, hasta Haymitch, y obviamente, Peeta. Casi todos muertos. A Katniss no la quiero, hasta llegué a odiarla muchas veces durante la saga, pero la banco por ser una de las pocas protagonistas de libros del estilo que usa las neuronas. Salvo en la parte 'romántica' del libro, donde todas son pendejas lindas que no lo aceptan y que no se dan cuenta que tienen a dos o más flacos atrás que están re buenos y que darían lo que sea por estar con ellas, lo cual a las lectoras les parece la cosa más indignante e injusta del mundo, o por lo menos a mí.
Ahora voy a dedicarme a encontrar a alguien como Peeta en la vida real, deséenme suerte.

No hay comentarios: