3.11.12

"Un tropezón cualquiera da en la vida"


Ayer pensaba leer unos cinco capítulos del Quijote cuando llegara a casa, pero no pensé que iba a llegar tan agotada. A las 9:30 de la mañana, los que hacemos un proyecto de energías renovables y de reciclado en el colegio nos fuimos en micro hasta Ensenada porque teníamos que dar una especie de conferencia sobre qué se trataba el tema que estábamos dando. Nos salió bastante bien, y como no pensábamos quedarnos hasta las 5 de la tarde, Dani, Héctor, Juli y yo ya estábamos en La Plata a eso de la 1. En mi casa me bañé, guardé y ordené las cosas que necesitaba para esa noche a toda velocidad y me tomé un micro para la casa de Juli (dos, en realidad). ¿Para qué tantos preparativos? A las 7 de la tarde no era más que la obra de teatro que hacía tanto que veníamos ensayando. En lo de Juli nos tomamos unos tererés de melón viendo La casa de Mickey Mouse con Isabella, y The Big Bang Theory; y los nervios se empezaron a sentir cuando nos bajamos del 202 en la puerta del colegio. Fuimos al salón de actos y cada vez sentía más ganas de salir corriendo de ahí, irme a la mierda y no actuar. Laucha se pasó con la botella de whisky, y después de preparar todo el vestuario y de hacer una ronda para sacar los nervios, nos fuimos todos para atrás del telón (que desgraciadamente no se podía cerrar, cosa que era totalmente incómodo) a esperar que empezara la obra a las 7:30. Fue espectacular. Les salió bárbaro a todos, y a pesar de ciertos percances, el público quedó más que conforme. Nos felicitaron muchísimo; gente con la que nunca pensé hablar en mi vida, familiares, amigos, todos. A más de uno escuché decir que nuestra obra fue una de las mejores y la que más aplaudieron, cosa que es lógico porque nos salió mejor que en cualquier ensayo; estaba tan feliz. Cuando salimos nos fuimos a comer a Pizza Libre y después yo fui con Eli, Juli y Pau a tomar un helado, un buen cierre para un día bastante movido. Perdí.

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