18.11.12

Am F C G

Ayer fue un día movidito. A la mañana me amargué un poco porque mi mamá consiguió pasar el viaje a Sudáfrica para el día 3 de febrero, y me perdería un día de curso, porque llegaría a Ciudad del Cabo al mediodía del lunes 4. Pero un suceso que me levantó extremadamente el ánimo fue ir a comprar la guitarra electroacústica. Llamamos a David, mi profesor de guitarra, y nos dijo que fuéramos con él a comprarla así nos asesoraba bien. Eso fue lo que hicimos, y ni bien llegamos la vi ahí en el piso y pensé que tenía que ser mía... Sí, fue amor a primera vista. También compramos una funda, una correa y un afinador, y después me di cuenta que necesito otro transportador, porque el de la criolla no sirve...
A la tarde vino Rocío a casa para explicarle química y para boludear un rato. Hablamos de diversos temas y me ayudó a elegir un nombre para la guitarra, a la cual decidí nombrar como África; es bastante personal.
A la noche, después de cenar, fuimos a lo de Mica, que festejaba su cumpleaños. La pasé tan bien; necesitaba ver a mis amigas y hablar y reírme mucho. Soy de extrañar mucho a la gente, y más a la que estoy acostumbrada ver, como mis amigos del colegio, o mi familia; apenas pasaron 3 días y no aguantaba más no ver a todos.
Con respecto a la pierna, sólo tengo que esperar y esperar, y por supuesto, seguir al pie de la letra lo que me dijeron los médicos. Una vez que me recupere y pueda volver a caminar, tengo que hacer la rehabilitación, que consiste en hacer bicicleta, según me dijeron, cosa que me va a venir muy bien.



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