8.9.12

All my little plans and schemes

Dos semanas para la primavera. 50 días para mi cumpleaños. 52 días de clase. 119 días para irme a Sudáfrica. Y todo parece pasar cada vez más rápido, sinceramente me da miedo. Si un año corre a esta velocidad, no me va a alcanzar la vida para hacer un carajo. Por otro lado, cada vez falta menos para las mejores cosas, y no me gusta esperar mucho, en realidad ya estoy harta de esperar. El otro día fue el día del bachiller y los de sexto salieron la noche anterior para caer todos enfiestados al colegio y disfrazados, como es la costumbre; tuvimos recreación todo el día y la 'fiesta' en el colegio estuvo muy buena. Ya no veo la hora de que llegue el día del bachiller del año que viene y hagamos todo eso; juro que el 2013 va a ser el mejor año de todos.


Hace un tiempo le dije a mamá que cuando hacía actividad física me agitaba mucho hasta el punto de respirar con dificultad, pero creo que exageré un poco porque se lo tomó demasiado en serio, y hoy fue al pediatra que me atendió toda la vida a hablar sobre este 'problema'. Él le dijo que seguramente no es nada, porque ya me habían hecho estudios del corazón que se necesitan antes de cualquier operación quirúrgica y nunca hubo problemas, pero para que se quedara tranquila podría ir a consultar un cardiólogo que él conoce. Mi mamá no es una persona que se asuste por cualquier cosa, sabe cuándo algo es grave o no; por eso confío plenamente en ella, y si quiere que me haga un control lo voy a hacer, no me cuesta nada. Pero creo que se lo tomó así por mis antecedentes, que según ella es una de las cosas más importantes a la hora de tratar un paciente (palabras de médica), y coincido con ella al pensar que no es algo normal que mi papá falleciera a los 51 años de un paro cardíaco. Eso es algo que me asusta a veces, siempre digo que la vida no me va a alcanzar para hacer todo lo que quiero, pero no me ayuda en nada pensar que el lapso de tiempo podría reducirse casi a la mitad gracias a mis 'antecedentes'; maldita genética. Igualmente sigo pensando que todo esto es porque estoy muy fuera de estado, después de hacer básquet seis años seguidos y no hacer absolutamente nada durante otros tres años, es obvio que no voy a ser Michael Jordan a la hora de jugar (ni nunca).
Es raro que sea la primera vez que escribo sobre mi papá en el blog, es raro y es bueno. Tal vez se me dé otra oportunidad de contar algo sobre él más adelante.

1 comentario:

Julieta dijo...

Me emociona que hables sobre tu papá. Y me llegó de improvisto.