5.1.13

Wide awake

¡Qué lindos días se vienen! Es rarísimo pensar que en menos de un mes voy a estar a 7000 km de acá, en el colegio estudiando inglés, en la playa o en la casa de la familia a donde vaya a parar. No puedo aguantar más, me quiero ir YA; o por lo menos estar en ambiente de aeropuerto, como que ya te vas preparando para lo mejor.
El médico me dio buenas noticias después de tantos nervios esperando a que se termine de hacer la radiografía: vio que la fractura había cerrado casi por completo; todavía se podía ver (aunque también se sigue viendo a los seis meses), pero todo evolucionó perfectamente. Puedo dejar de usar la férula, y tengo que empezar cuanto antes la rehabilitación, pero la mala fue que tengo que seguir con muletas y de a una pierna unos quince días más, y el 18 tendría que estar volviendo a la clínica para una última revisión. Como le doy más importancia a lo bueno que a lo malo, no puedo estar más feliz. Hoy fue la primera vez en el verano que me metí a la pileta, y fue el paraíso mismo. Antes ni me daba ganas, sólo cambiarme de ropa ya era una tortura, y mucho más ponerme una malla; pero hoy aproveché para movilizar la pierna y para sacarme de encima los treinta grados de temperatura.
Ayer finalmente me quedé a dormir a lo de Juli. A la noche hubo una tormenta terrible y se inundaron varias partes de la casa, así que estaban todos sacando agua a lo loco, y yo que ni me podía mover, pero por lo menos entretuve a Isabella. Jugamos al truco (como nunca puede faltar) y al triviador casero, tomamos tereré de pera con una bombilla a base de algodón gracias a moi, le escribí un súper libro de fotos que tiene de toda su vida (y me olvidé de terminar el texto), y hablamos mucho mucho. Tu nuevo look me gusta hasta el infinito y más allá.


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