23.1.12
La energía negativa yo la derrumbo
Hacía mucho que no sentía felicidad de este tipo. Siempre estoy feliz, o casi siempre, soy feliz; pero ésto es diferente. Yo soy de esa gente que tiene memoria para cosas que pasaron hace mucho tiempo, cinco, diez años; en cambio, tengo que ponerme a pensar lo que hice ayer, o que cené la noche anterior para recordarlo. Tal vez porque ciertos datos recientes me chupan un huevo, y las cosas que hacía cuando era chica las valoraba más, por más estúpidas que hayan sido, y por eso quedaron en mi memoria, no lo sé realmente. El punto es que tengo muchos recuerdos buenos de mi infancia que me encanta revivir, por ejemplo, la música que escuchaba mi papá y no me quedaba otra que escucharla también (gracias gracias gracias), es la que hoy en día escucho permanentemente.
Un día, mi papá trajo a casa un disco con jueguitos, el SEGA, al que le tomé mucho "cariño" y usaba diariamente. Rápidamente se convirtió en EL JUEGO DE LOS JUEGOS, lo mejor que le podría haber pasado al mundo de la computación; aclaro que los juegos son más viejos que yo, pero en ese entonces tenía 8 años y era como una cosa de otro planeta. Así fue, hasta que la tecnología fue avanzando cada vez más y de un día para otro, la amada Windows 95 fue reemplazada por una XP, mucho menos primitiva pero más odiosa, por lo menos por mí. Junto con la vieja computadora, los jueguitos se fueron a la mierda porque ninguno andaba con "las últimas tecnologías" (pero chupala). Anteayer, después de 8 años, encontré todos estos juegos de mi infancia, no sólo el SEGA, y sentí que todo mi ser se iluminó (ah pará). Obviamente, corrí a probar si andaban (por qué mierda tendrían que andar si hacía 8 años no lo hacían. No me funcionaba bien el cerebro) y después de varios intentos fallidos, se me ocurrió una idea. El problema no estaba en los juegos, el problema era que el emulador sólo funcionaba con una Windows 95, así que sólo tenía que descargar uno acorde a mi computadora. Bueno, otra vez, después de varios intentos fallidos con las descargas (no sé si sólo me pasa a mí, pero tengo zarpada mala leche con las descargas) PUDE CONSEGUIR UN EMULADOR. La felicidad al poner el juego del Rey León era inexplicable, sentía que volvía a tener 8 años, y que el juego fuese de dicha película me hacía acordar a cuando era chica también. Casi lloro, lo juro. Soy muy sentimental con el tema del pasado, la infancia y todo eso. También me sentí un crack de la computación, pero no viene al caso.
Y ahora estoy al horno con un puto nivel que no puedo pasar y me quiero cortar la concha. Shh, no importa; Victoria, estás feliz.
Resumiendo:
adicción,
días y días,
felicidad,
la gente está muy loca,
recuerdos
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