No hay nada peor que tener los pies fríos. Mentira, peor es tener los pies fríos en enero.
Ok, dejemos las cosas feas a un lado. Hoy por fin estuvimos las ocho juntas; sí, de las vacas eternas estoy hablando. Esas personas que conocés desde que naciste y que, GRACIAS a tus padres, las veías tan seguido que tarde o temprano tenían que terminar siendo tus hermanas. Así que aprovechamos el día en la pileta, hablando de la vida y sobre un viaje de intercambio de una de nosotras a Nueva Zelanda (qué hija de puta). Obviamente, no faltaron el tereré y el juego de cartas; esta vez decidimos jugar a la mafia, no voy a explicar cómo se juega porque ya es difícil explicarlo hablando, busquen en google porque para algo existe. Básicamente me cagué de risa todo el día.
No puedo esperar a leer Narnia y Los juegos del hambre; tengo que estar reprimiendo los impulsos de ir a la primera librería abierta a las diez y media de la noche para comprar los 10 libros en total, fuck.
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