Resumiendo todo: me enamoré de Río de Janeiro. El lugar, el clima, la gente, la playa, la alegría, el idioma, la comida, el hecho de que a la gente le chupe todo un huevo, AMÉ TODO, realmente no tiene comparación. ¿Paris? Paris es demasiado perfecta a la vista, y ése es el problema, por lo menos desde mi punto de vista, yo me entiendo.

El avión tocó suelo argentino a las 6:05 de la tarde y ni bien entramos al aeropuerto, ya empezamos a sentir esas cosas tan propias de los argentinos, como el mal humor constante de la gente; re buena onda la mina de la aduana che!!!!!!!!!!!!!!
A la 1:30 a.m. fiesta del Nacional. Qué fiesta de mierda, pero la pasé tan bien... vi mucha gente que hacía banda que no veía, no vi gente que tenía muchas ganas de ver, y también vi gente que no esperaba o sinceramente no tenía ganas de ver........ en absoluto.
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